De Murcia a Polonia... ¡Y de Polonia al mundo!

Fotografía tomada en Budapest durante uno de los viajes.

Cuando pienso que hace más de un mes que llegué a España después de realizar mi EVS en Polonia, ¡no me lo creo!

Me llamo María y en Julio os comentaba cómo de bien me lo estaba pasando en Polonia. Pues bien, a día de hoy sigo sin creerme que haya vivido esta experiencia!

A los pocos días de escribir esa entrada, cogí un autobús con cinco personas más y me fui rumbo a Praga, Budapest y Cracovia. Y es que, si te vas de EVS no solo dedicas tu tiempo en realizar una labor altruista, sino que puedes dedicar tu tiempo a viajar y a conocer más el sitio donde estás y/o países de alrededor.

A la izquierda, varios voluntarios y voluntarias visitando Praga.
A la derecha, ante el "Muro de John Lennon" en la misma ciudad.

Fue una semana en la cual pudimos descubrir más sobre las ciudades de Europa, su cultura, sus idiomas, su comida…en la que nos las vimos para cambiar cada dos por tres dinero por cierto! (Zloty, Florintos y Coronas). Donde comimos bocadillos a orillas del río Danubio cerca del puente de Carlos III, y pudimos tomar una copa en un bar con una decoración de lo más siniestra pero a la vez original (Bar Vzorkovna, en Praga). Dar un paseo en barco mientras te relataban la historia del imperio Autro-Húngaro (Budapest), bailar música latina en Cracovia, andar en sus calles llenas de historia y como no, visitar el campo de concentración de Auschwitz.

Después de esa semana de vacaciones, seguimos trabajando en la Fundación. El campamento se terminó y pudimos colaborar en distintas actividades con las personas de allí. También disfrutamos de las “tardes internacionales” donde tuvimos que preparar comida, música y actividades relacionadas con nuestros países.

Sin duda, esta ha sido una experiencia que me ha ayudado a crecer como persona y, he podido desarrollar habilidades que podré emplear como profesional. Una experiencia que animo a cualquier persona que esté interesada a realizar.